
Las palabras cambian de significado a gran velocidad.
Leer, que antes podía estar muy asociado a la literatura, ha cambiado de escenario.
Ya no estamos delante de un periódico diario, en cuanto a cantidad, sino ante una verdadera biblioteca en continuo movimiento y creación.
Ahora preocupa la capacidad para leer en las redes sociales, que fluyen a un ritmo vertiginoso.
Por tanto, a los problemas de siempre, relacionados con “la mecánica de la lectura”, se le añaden nuevos retos para los que conviene estar preparados. Leer en la red